La mayoría de la gente ha oído hablar en alguna ocasión de
energías renovables, o al menos ha visto las placas colocadas en los techos de
algunas casas o ha visto enormes molinos al lado de las carreteras, y se ha
preguntado para que sirve todo esto.
Pues efectivamente son las energías renovables, otro punto
clave en el camino hacia el mejor uso de la energía.
Para introducirnos un poco en ellas, saber que este tipo de
energía se caracteriza, como bien indica su nombre, por poderse renovar
fácilmente, o lo que viene a ser lo mismo, utiliza recursos naturales de los
que no existe escasez y se pueden utilizar ilimitadamente. Es este punto lo que
las diferencia de las no renovables que sí utilizan recursos escasos como son
el petróleo, el gas, o la energía nuclear ciertos elementos químicos.
Dicho esto no cabe duda de que este tipo de energías son más
convenientes que las no renovables, al menos desde un punto de vista ecológico
o medioambiental. Pero es que además pueden ser causa de grandes ahorros.
Desde el punto de vista que nos interesa a nosotros, que no
es otro que el de hacer un uso responsable de la energía a nivel doméstico, las energías renovables
tienen muchas aplicaciones interesantes.
Las que mejor se aplican al hogar son la energía solar,
tanto la térmica como la fotovoltaica, y la eólica.
La energía solar es la que aprovecha la luz del sol para
generar energía. La energía solar térmica aprovecha la luz solar para calentar
algún fluido, generalmente agua. Una aplicación en el hogar son los calentadores
solares que proporcionan agua caliente todos los días y no necesitan demasiada
energía adicional.
La energía solar fotovoltaica utiliza la luz solar para
generar directamente electricidad a través de unas placas especiales. Es
especialmente útil para iluminación.
La energía eólica utiliza la fuerza del viento para generar
electricidad. Las turbinas eólicas pueden generar electricidad situadas en
lugares donde normalmente se superen rachas de más de 14 km/h. A nivel
doméstico se pueden utilizar aerogeneradores o molinos de baja potencia.
El método más efectivo es una combinación entre placas
fotovoltaicas y turbinas eólicas para asegurar el abastecimiento.
Los beneficios de esto son los ya conocidos medioambientales
y además grandes ahorros como reducir en un 80% el consumo de gas utilizando
los calentadores solares o entre un 20% y un 100% en energía eléctrica
utilizando placas fotovoltaicas, dependiendo del grado de inversión.
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